Des mots dans des sillons de sang

Cuando puedo, hablo de ti

Con cercanos, porque no hay sequía entre nuestros mundos

Sigues andando dentro mío; somos abundancia

Semillas, ramas… ¿frutas?

Semejantes pensamientos crecen

¿Porque sigo creyendo?

Una vez, en furia como casi nunca

Me tomaste por el cuello, como un gatito   

Me agarraste por la nuca, por algo que no hice

Pero eso lo paso: el punto está aquí

Que te pasé todo lo que pude

Y el punto es que, tú, te describiste “diosa”

Podía parecer loco, pero no me pareciste loca  

Te describías como el elemento, y sus furores

Yo lo sabía: arriesgando padecer tal exceso

No de lengua, de palabra o de sentido:

El de los rayos, sismos, olas y huracanes

Todo junto, cuando te ponías a pensar “traición”

Tú, hija de ese territorio

Hija del país de los terremotos

No te temí, pero sí me causó emociones  

Una vez más, de darme cuenta que ese vínculo entre tú y el divino

No era una cosa sin causa

Como si hubieras nacido para fundar Heraklion

Con vibraciones del mal: del malestar

Podías hacer temblar mi mundo, por fuerza del inconsciente

Por suerte, esa vez no te fui inconstante

Y la verdad que: nunca

Aunque aquella vez, acusaste a una perra callejera

Eso te lo dejo, como la dejé hace siglos

¡Tantos! Antes de conocerte

Y no me quejo, pero te faltó lucidez ¿no?

¿Qué haría un gato con un perro? 

A pesar de eso, orinaste sobre su nombre, su imagen

Ella, que yo suponía virgen de ese tipo de lluvia

Más allá: casi nos arruinaste, tú y yo

El tesoro que éramos, que eran nuestros mundos

Me acuerdo sin esfuerzo, pero si yo me esforzara:

No podría olvidar que sentí ese poder tuyo

Capaz de emitir a través del universo

Capaz de destituir hasta al más fuerte “tú y yo”

Terminaste invirtiendo tu sentir

Pidiéndome y más, que yo te perdonara

De perdón no se necesitaba, pero seguías

Diciéndome ese tierno “mais pounis-moi alors!”

Pero castígame entonces

Ni perdón ni castigo, amor: no soy divino

Solo soy un hombre que a veces se volvía sombra

Y ahora siembro: palabras en surcos de sangre

Poesía para un árbol, en la medida que, marchándome,

También me quité un miembro

Sin quitarme la idea de que, de mujer, podías volverte diosa

Y al revés, odiosa y después amorosa

Es decir, terrible o increíble:

Terriblemente humana

Jean-Marie Loison-Mochon

L’espagnol de ce texte et de plusieurs autres est sûrement perfectible. Si vous êtes natif, d’Espagne, d’Amérique latine, je vous propose un troc: la correction, modification d’un texte en français, ou traduction -de l’espagnol vers le français- de l’écrit de votre choix, en échange de votre relecture et vos remarques sur ce texte

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